Días
de sol, días de piscina y playa, días para un picnic o de caminatas
por la naturaleza. Pero son días para tener más cuidado con el
órgano más grande que tenemos. Días para cuidar nuestra piel.
Cada
vez que tenemos una oportunidad de disfrutar un día de contacto con
la naturaleza, la disfrutamos a plenitud, es la oportunidad que
tenemos de deslastrarnos del ajetreado día a día. Pero ojo!!!
Muchas veces no tenemos la precaución de cuidarnos y una experiencia
pasa de ser extraordinaria a una verdadera tragedia.
La
exposición prolongada al sol puede ser motivo de grandes disgustos,
puede ser desde una molesta insolación hasta problemas permanentes y
de cuidados médicos. Es por ello que el uso apropiado de
bloqueadores solares es indispensable para un disfrute pleno de la
naturaleza.
Consejos básicos para el uso del protector solar
Elige un bloqueador que tenga, mínimo, FPS 50+ para evitar los daños del sol. Entre más claro sea el tono de tu piel, más factor de protección solar (FPS) debes buscar.
La primera aplicación debes realizarla aproximadamente 20 minutos antes de exponerse al sol.
Si estás en la playa, o el campo repite la aplicación, mínimo, cada dos horas. En condiciones normales, tipo casa, oficina, o interiores, aplica el producto cada cuatro horas.
Además debes poner bloqueador solar en cualquier parte de tu cuerpo que este expuesta al sol. Cara y cuello, aunque uses sombrero o gorra, recuerda cubrir tu nariz y orejas, un lugar que muchas olvidamos. Si vas a estar en condiciones extremas (playa o campo), aplica en los dedos, manos y pies. No olvidemos los labios, usando bálsamo con FPS.
Pero hay algo que se pasa de largo cuando se habla de las bondades del uso de los bloqueadores solares, y es que el uso adecuado evita los signos de envejecimiento en nuestra piel. Se mitiga la aparición de manchas, sarpullidos y arrugas. Así que ha disfrutar del sol pero viéndonos siempre jóvenes.